Un placer, amigos

Es un honor para mi el que visites mi página y espero que descubras algo que pueda interesarte. Además de reproducir los breves artículos de opinión que en días alternos publico en el diario El Progreso de Lugo, sobre variados temas del día a día, también procuro insertar pinceladas de actualidad, de contenido histórico (no al uso) o costumbrista para hacer más amenos los textos, viajes..., aparte de incluir algunos enlaces que pueden ser útiles en determinados momentos. También os invito a seguirme. Un saludo cordial desde la romana y amurallada ciudad de Lugo, la Lucus Augusti, en España.

jueves, 5 de febrero de 2015

¿Por qué ha de ser Juan español quien sufrague las embajadas catalanistas?



El desafío catalanista de multiplicar por tres el número de embajadas, al igual que otras muchas jactancias de la casta, tiene críticas pero ninguna oposición que lo remedie. El reto, a corto plazo, alcanzará medio ciento de despachos de la Generalitat en el extranjero. A los no catalanes pudiera darnos  lo mismo que fuesen cincuenta o trescientas, de no ser porque las paga Juan español. Es decir, todos y cada uno de los contribuyentes del Estado, y eso ya supone una perturbación y un cabreo, que aunque no valga de nada, por lo menos que quede constancia de la arbitrariedad. Seguirán quejándose de que España les roba siendo España la dueña del botín. Pero es también la que lo tolera, mirando para otro lado. Una cosa es una oficina en París y otra el significado que se atribuyen para magnificar la soberanía de un territorio que carece de la pretendida representación exterior. ¿No es la política externa encomienda exclusiva del Gobierno del Estado?  Eso teníamos entendido, pero no lo parece a tenor de la indiferencia del propio Ejecutivo. Tal para cual.

lunes, 2 de febrero de 2015

Políticos que prefieren prohibir la mendicidad que eliminar la pobreza



Más por estética que por lástima o compasión, los políticos no son partidarios de la presencia de mendigos en las calles, y por eso algunos mandamases no dudarían en firmar su exclusión si no fuese por el efecto que para su imagen conllevaría hacerlo. No parece importarle sin embargo al gobierno noruego, conservador/populista, que ultima la prohibición de la mendicidad en todo el país, con multas e incluso penas de cárcel para quienes se resistan a la ley que entrará en vigor en los próximos meses. No es una medida fácil de cumplir; la hambruna no se elimina por decreto ni con tanques en las calles, sí proporcionando alternativas y opciones de reintegración laboral y humana a los indigentes para que la necesidad no les obligue a recurrir a la bondad del prójimo. Su siempre incómoda situación nunca es caprichosa. Y mano dura no es precisamente el maná que alimente a quienes carecen de recursos para subsistir. La presencia de menesterosos en las calles ha de servir para despertar la conciencia de quienes tienen el deber de ayudarlos y no lo hacen, y no para fumigarlos.   

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