EL NOVIO habrá de barajar opciones para elegir con que novia se casa. Del repudio general a los cementerios nucleares, el Gobierno deberá lidiar el exceso de ofertas y estrujar la mollera para fijar el sitio más adecuado, con lo cual nunca satisfará a todos. Seguirán las polémicas y los codazos para hacerse sitio, pero de cualquier manera lo que más llama la atención es la posición de los partidos y de las comunidades autónomas para imponer su criterio sin respetar las decisiones de los ayuntamientos que acordaron (y, casi seguro, seguirán haciéndolo) solicitar, de acuerdo con la ley, los emplazamientos para depositar los residuos, entre otras razones porque resolvería muchos de los problemas que tienen y que no solucionan con sus exiguos presupuestos. Existe, claro, la disyuntiva de si ello es o no peligroso, pero sus partidos pretenden guiarles mirando bastante más al voto que a los riesgos que puedan generarse. En cualquier caso, si algo chirría será la norma que les permite adoptar tales decisiones.
(El Progreso, 29/1/10)
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