No conozco a nadie que visite Barcelona que deje de darse una vuelta por las Ramblas, porque es la zona más viva y de mayor colorido de la ciudad condal. Pero el visitante también debe ser conocedor de los riesgos que corre a cambio del disfrute que se le brinda, y me refiero, como ya habrán adivinado, a cuestiones de seguridad.
Miren que me lo habían advertido: "Mucho cuidado con la cartera, con el bolso..., porque hay carteristas y ladrones a mazo, que sólo están pendientes de su trabajo". Hice caso...a medias, porque aunque procuré no distraerme, con la vista y todos los sentidos puestos en mi bolso, donde llevaba mis efectos personales. No es que me robasen la cartera, supongo que porque no se lo propusieron, pero en un momento dado me dí cuenta de que mi teléfono móvil no estaba en su sitio, ni en ningún otro a mi alcance, porque algún avispado ya me lo había birlado. Y no se imaginan ustedes lo incómodo que es, porque hay que apresurarse a comunicar la desaparición a la operadora, pues de lo contrario es más que probable que su factura sea vea engordada, lo que creo no es mi caso, afortunadamente.
Si por casualidad se dan una vuelta por este maravilloso paseo, tengan mucho cuidado y aún así les deseo más suerte que la que yo tuve.
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