viernes, 9 de julio de 2010

Placeres

SIEMPRE fue así: cada cual es muy libre de divertirse a su manera, lo que nos lleva a la conclusión de que la forma de obtener placeres es personal e intransferible, pero también existen unos códigos éticos y legales que limitan las sensaciones, como lo que sienten (o sentían) los cuatro jóvenes madrileños, de familias bien, que robaban en chalés, escalando fachadas, solo por experimentar nuevas emociones. Otros matan o destrozan fachadas... porque disfrutan con ello. Razón tenía el jurista inglés Walter Bagehot cuando dijo que “el mejor placer de la vida es hacer lo que la gente dice que no puedes hacer”. Nada justifica robar, pero puede entenderse cuando se hace por necesidad y de hecho existen prioridades antes que morirse de hambre, y debiera ser por eso una atenuante en el ámbito legal, como tendría que ser agravante en el caso citado, aplicando el castigo más duro y ejemplarizante que permita la ley. Solo así es posible que entiendan lo que son las sensaciones que tanto les divierten.

2 comentarios:

  1. Pasa lo mismo con las drogas, el alcohol, el tabaco, etc. etc.
    A pesar de tenerlo a nuestro alcance, no todos nos drogamos, bebemos, o fumamos.
    Pienso que lo que está prohibido, llama más la atención a la hora de divertirse.
    Se puede uno divertir, pero con respeto hacia los demás.
    Se debería tener más mano dura para algunos casos, que se ríen de la justicia y de cualquiera.
    Muy buen tema
    Un abrazooo

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  2. Los códigos éticos parece que en algunos privilegiados están en desuso o muertos; habrá que metérselos en sus cabecitas a fuerza de sanciones.
    Abrazos

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