Baldomero Pestana es un personaje famoso que, a los 93 años, vive su retiro soñado en una aldea de Lugo, Báscuas, a ocho kilómetros de la capital, donde mantiene vivas todas sus inquietudes intelectuales. Es Pintor, dibujando, poeta…, pero sobre todo fotógrafo, que es el oficio que realmente le dio prestigio. Retrató a miles de personas, pero guarda especial recuerdo de Gabriel García Márquez, Bioy Casares, Mario Vargas Llosa, Pablo Neruda, Roman Polanski, Bryce Echenique… Con muchos de ellos mantiene todavía una estrecha amistad. Trabajó sobre todo para la agencia McCann-Erikson y sus fotos fueron publicadas en los periódicos y revistas más importantes, como Time, Life Squire…
En 1922, con cuatro años, Baldomero Pestana se embarca en el puerto de Vigo con su abuela y tres tíos en el buque alemán Cap Nord para sacudirse la pobreza. En Buenos Aires lo esperaba su madre. Un tío que era sastre y el más culto de la familia le enseña el oficio. A los 11 años lo pone a coser y a los 18 Baldomero Pestana ya vivía de la aguja. Pestana es sastre durante el día, poeta y gran lector por la noche. Amigo de intelectuales, casi todos anarquistas en la época, corriente a cuya filosofía aún le tiene cariño, Pestana desea viajar por el mundo para luego escribir sus vivencias.. Alcanza sus anhelos al enrolarse de camarero en un buque mercante gracias a la mediación de un poeta amigo. Atracó en Italia, España y Brasil.
A su regreso y una vez casado aprendió fotografía en Buenos Aires en una academia y cambia de oficio. “Era muy buen retratista a mí manera, a la manera clásica”, comenta con cierto rubor. “Nunca quise hacer retratos con deformaciones, yo quería sacar a la gente a la manera del Renacimiento. La foto se sabe, no se siente. Y bueno, me dio resultado”, añade con humildad, sin darle importancia a una obra que ha marcado a las nuevas generaciones de fotógrafos, sobre todo de Perú, en donde se instaló en 1958, harto de la situación política de Argentina tras “aguantar” ocho años a Perón. “Yo no gané dinero con mis retratos, a no ser los encargos de la agencia. Quise retratar a toda la intelectualidad y adquirí gran prestigio”. Más tarde se instalaría en París; se dedica en los primeros tiempos a la fotografía, “después me dediqué a la pintura y a exponer y a viajar”.
Xornal de Galicia publicó en esta semana un interesante reportaje con Baldomero. Los interesados pueden leerlo en el enlace del periódico.
Pestana necesitó salir de su pequeño mundo rural para ver y aprender el Mundo; era una inteligencia a la espera y encontró la oportunidad.
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ResponderEliminarHe visto ayer una larga entrevista a este formidable artista al que no conocía. Me he quedado admirada de su extraordinaria capacidad artística y enorme espíritu. Su virtud para captar la síntesis del alma de un personaje . Como argentina me siento orgullosa de su larga estadía aquí. En el reportaje hizo una valoración de la calidad educativa de la escuela argentina de principios de siglo en nuestro país y me enorgullece que ella haya contribuido a preparar a este inquieto espíritu. ¡Cuanta belleza sus retratos, sus pinturas y sus fotopinturas! Un claro ejemplo de la interesante unidad de destino de gallegos y argentinos. Pero también de ellos con Latinoamérica toda. ¡Salud! ¡Gracias por su blog que me lo trajo de nuevo! Helvia
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