viernes, 22 de julio de 2011

Humillante actitud y postura de los mendigos en las calles de Praga

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Por desgracia, la mendicidad callejera es el pan nuestro de cada día para los sin pan en todas las ciudades, sean o no del tercer mundo. Si implorar la caridad es siempre humillante para quienes no tienen otra opción de subsistencia, lo es mucho más si se adoptan posturas como la de este mendigo que capté en una calle de Praga. No se trata de un hecho aislado, pues en muchos otros puntos de la capital checa se ven escenas similares. La verdad es que ignoro cuál es la razón; quizá sea la costumbre, con la pretensión de conmover con mayor eficacia a los potenciales donantes, o también la de una actitud vergonzante, porque al fin y al cabo se oculta el rostro, quedando la hucha o el recipiente bien a la vista para que puedan ser depositadas las limosnas.

3 comentarios:

  1. Pues creo recordar que en alguna ciudad española he visto algo parecido a esta actitud. En todas partes cuecen habas. Saludos

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  2. Tiene razón Felipe. Hoy hay muchas carencias y familias que han caído en desgracia que tienen que recurrir a las instituciones de caridad para sobrevivir; pero esto es otra forma de mendicidad. Por cierto, me dijo una trabajadora social de Cáritas: cuando das una limosna a un mendigo en la calle liberas un poco tu conciencia, pero al tiempo le condenas a seguir estando en la calle. Muchos mendigos no se dejan ayudar, no quieren salir de la calle porque tienen algo más que hambre.

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  3. Totalmente de acuerdo con vosotros. Y tiene razón la trabajadora de Cáritas, porque muchos de los mendigos se abandonan en su desgracia, cuando seguramente podrían hacer algo por mejorar su situación.

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