¿Cascos para ciclistas en ciudades?: mejor una opción que una imposición

Será que necesitamos la bronca tanto como el comer, pues de lo contrario no se explica la facilidad con que se encienden las polémicas. Pero si algo lo justifica es el propósito de la DGT de imponer el uso del casco a los ciclistas que circulen por la ciudad; agitó a los potenciales usuarios, lo cual es compresible, toda vez que lo consideran una opción personal. Cuando papá Estado se esfuerza por defender la integridad del rebaño, casi siempre se esconde la verdadera razón. Referido a los cascos, puede encubrirse, entre otras cosas, un buen negocio, como sucedió con los cinturones de seguridad en los coches, cuyo conveniencia sigue aún terciando opiniones, entre ellas las de un famoso forense que lo desaconseja. En cualquier caso, cuando el riesgo es individual, sin derivaciones para terceros, lo lógico es que sea el interesado quien decida si prefiere partirse o no la crisma. Por lo mismo también lo necesitarían los peatones para ir por las aceras. ¿O no se desploman las cornisas?