Nadie
discute que el litoral requiere de todas las atenciones y esfuerzos. Todo será
poco para preservar la costa de las agresiones de la que, siendo una paradoja, llamamos
civilización. Por eso está muy bien que la Xunta se preocupe por el futuro de
la playa de As Catedrais, pero su intención de limitar los visitantes, sean dos
o cinco mil, produce división de opiniones. No se olvide que el arenal
ribadense es el principal reclamo turístico de A Mariña e incluso de la
provincia, y condicionar la posibilidad de visita puede ser un criterio
disuasorio que desanime a muchas personas intentarlo, ante el temor de llegar y
no poder acceder. ¿Es la afluencia un problema fundamental? No es lo mismo regularla o facilitarla que recortarla
o impedirla. ¿Qué se diría de prohibirse el acceso a la plaza del Obradoiro con
el pretexto de conservar sus piedras milenarias? Ya digo, conservar el arenal y
su entorno es primordial, pero también lo es evitar los vertidos al mar o los
excesos urbanísticos y ambientales, y sin embargo se permiten con absoluta
impunidad. Dosifíquense lo esfuerzos.Téngase en cuenta que, después de la tumba del Apóstol, en Santiago, es el monumento, en este caso natural, más visitado de Galicia.