miércoles, 4 de marzo de 2009

Encuestas

CON el patio más o menos sosegado, digeridas todas las emociones no indigestas y con la vara de medir envainada por desuso, nos olvidamos quizá de enjuiciar las encuestas y sondeos que adornaron la campaña. Coincidirán en que han sido un fiasco absoluto. Ninguna, que yo sepa, contempló ni por asomo la mayoría absoluta del Partido Popular, lo que quizá le favoreció, pero el caso es que quedó patente el escaso tino de quienes las elaboraron y su inutilidad. La sanción es que no se preguntó a la gente de la calle, porque de haberlo hecho, es casi imposible que no asomase algún síntoma, por leve que fuese. No hubo aciertos ni en las realizadas durante la precampaña y campaña, ni tampoco en los sondeos a pie de urna, algunos de los cuales se despacharon con un flexible arco de 35-38 escaños, para lo cual no se necesita técnica alguna ni sondear a nadie. El 39 fue siempre proscrito. Serán todo lo científicas que quieran, pero sólo sirvieron para confundir y hacer el ridículo.

(El Progreso, 4/3/09)

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