UNA cosa es libertad y otra libertinaje, aunque a veces alguien trate de asimilarlas, como tampoco es lo mismo diversión que devastación, que de igual modo parecen confundirse. Saben diferenciarlo perfectamente los hosteleros de la Avenida de Magoi que hoy, según anuncian, cerrarán sus locales para evitar que sean asolados durante la Festa (estudiantil) da Carballeira, viendo como quedaron en otras ediciones. ¿No les parece un esperpento? La impresión que se obtiene es que la ley de la selva se impone y contra eso, por lo visto, nada hay que hacer, pese a que pagan sus impuestos y tienen derecho a que se les garantice su seguridad, pero a tenor de lo ocurrido anteriormente, parece que el Concello es incapaz de evitar el vandalismo. No es insinuar que los estudiantes no tengan derecho a divertirse, faltaría más, pero sí que están obligados a comportarse cívicamente como todo el mundo, y si no les da la real gana, se impone la adopción de medidas en consecuencia, prohibiendo el festorro.
(El Progreso, 1/4/09)
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