CUANDO esto escribo, que yo sepa, nadie compareció aún para dar la cara y responsabilizarse del séptimo aplazamiento, este vez sine díe, de la entrada en servicio del nuevo hospital de Lugo previsto para el actual ejercicio, y los lucenses, hartos de sufrir la enésima burla, tienen pleno derecho a conocer quienes son los culpables o el culpable. No sólo es el retraso, que ya es bastante, sino que, en base a lo dicho por la actual conselleira de Sanidade al revelar que se encontró sin los fondos previstos para equiparlo, se mintió al anunciarse por parte del anterior responsable del Sergas que existía una consignación de 35 millones de euros, con cargo a los presupuestos de este año, para el aparataje, además de decir que ya comenzaría a instalarse en el pasado mes de marzo. Es, pues, doblemente grave que se abuse con tanto descaro de un pueblo cuyo aguante debiera estar al límite, y que se utilice la farsa sólo para cubrir las apariencias. Penoso y escandaloso.
(El Progreso, 26/5/09)
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