TANTO la Dirección General de Tráfico como la Guardia Civil jamás admitieron que se que primase a los agentes para que sancionasen más, afirmación que no concuerda con el castigo impuesto a un miembro de la Benemérita, en Valencia, que fue multado por eso, por no multar, al retirársele el plus salarial correspondiente. Creo entender, pues, que sancionar no depende sólo de si hay o no infractores, sino que es necesario cubrir el cupo, con o sin ellos. En este caso alega falta de rendimiento, porque el agente en cuestión venía aportando a la caja una media de cien multas al mes y, de repente, en uno no impuso ninguna. Puede que existan motivos profesionales o laborales que incidiesen en su absentismo, pero tampoco ha de descartarse que sea fruto de la casualidad, algo perfectamente posible e incluso razonable. Son desde luego reacciones que en ningún caso contribuyen a borrar las sospechas de que lo esencial, lo que más importa es hacer caja.
(El Progreso, 11/7/09)
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