martes, 20 de abril de 2010
Curándose en salud
ES VERDAD que las reacciones (o caprichos) de la naturaleza son imprevisibles, y de cuando en vez se encarga de recordarnos que, si se intenta reconducirla, la ciencia es algo así como un muñeco de trapo, despreciando cualquier manipulación o avance generado por la mano del hombre. Es algo con lo que no se debe jugar, pero tengo dudas de si hasta el punto de ser tan sagaces como para crear el caos aéreo que se desató por la erupción del volcán islandés, con el pretexto de garantizar la seguridad en el espacio. Las compañías aéreas admiten que no es para tanto, y por eso cabe pensar si tan drásticas prohibiciones, marcadas por la indecisión de si abro, cierro o abro aeropuertos sin resolver siquiera los problemas que afectan a los viajeros, son más que nada para curarse en salud, por lo que pueda pasar, en vez de sopesar serenamente el riesgo. No tiene nada que ver, pero hay quienes recuerdan los excesos sobre la gripe A, que llevó a gastar miles de millones para nada también por decisiones injustificadas.
(El Progreso, 20/4/10/)
Buena reflexión Manuel, siempre queda la duda :) Ya no se puede uno fiar de nada ni de nadie...
ResponderEliminarUn abrazo y buen martes.