miércoles, 28 de abril de 2010

Garzón y su corazón


PUEDE que el juez Garzón tenga un gran corazón, o que, con lo que le está cayendo, pretenda demostrar su poderío y su deseo de morir matando. Sea como sea, su decisión de excarcelar por razones humanitarias (para cuidar a su madre), en contra de la opinión del fiscal, al ex secretario general del sindicato abertzale LAB Rafael Díaz Usabiaga vuelve a situarle en el ojo del huracán. Cuando menos provoca un agravio comparativo, porque ¿cuántos presos hay que son necesarios para sus familias? Y sin embargo siguen en la trena, incluido el propio Otegi, al que se le denegó una petición similar para atender a su padre y reparar las secuelas psicológicas de su hija. Usabiaga tiene, al parecer, dos hermanas, pero precisamente su madre le reclama a él, por su condición de dependiente. También choca que un independentista convencido haga uso de una norma de Estado, en el que no cree, en beneficio propio y en contra de la causa que defiende y por la que está recluido. Y que encima se le haga caso. 

(El Progreso, 28/4/10)

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