martes, 27 de julio de 2010
No se esperan milagros
NO DIGO que los deseos del Rey no fuesen sinceros cuando pidió al Apóstol que iluminase a nuestros políticos, pero la descomposición de la clase idem está tan avanzada que los remedios celestiales van a ser insuficientes para reconducirla hacia parámetros razonables. Las soluciones se barruntan, pues, terrenales y no acaban de llegar. Recuerdo ahora la reacción sensata de un obispo español al que, durante la dictadura, visitó una comisión parroquial para que autorizase rogativas que el párroco les negaba, implorando lluvia, tal era la sequía del momento. El prelado les escuchó con atención y cuando acabaron de exponerle lo que pretendían, se levantó en silencio de la silla, se aproximó a la ventana, miró al cielo y les dijo pausadamente: “Hagan ustedes lo que quieran, pero no veo ninguna traza de que vaya a llover en estos días”. Es decir, que tampoco confiaba nada en intercesiones celestiales para que el cielo se abriese a los aguaceros. En el caso que nos ocupa, tampoco hay esperanza.
¡Hola! milagros en estos tiempos que corren, pienso que es imposible.
ResponderEliminarÉn el último post no puedo dejar comentario, así que lo haré en este.
Estoy totalmente en contra de las corridas de toros, escuché a algún torero diciendo que los toros no sufren, pues a este señor(por llamarle de alguna manera)que lo que le hacen al toro se lo hagan a el, y que no se le ocurra demostrar sufrimiento, dada su forma de pensar.
Este tema perdona pero me subleva.......
Un abrazooo