La despoblación es uno de los problemas más graves de España, y sobre todo de Galicia, donde según el INI hay unas 1.400 aldeas abandonadas y otras 750 con un solo habitante censado. Es un número que aumenta cada año, sin que sea vea que la caída vaya a detenerse o recuperarse.
Y en Galicia, Lugo, con Ourense, es la provincia más afectada sobre todo en su franja sur, que comprende las comarcas de Quiroga, Monforte de Lemos y Chantada, con valles muy ricos y productivos, pero con zonas montañosas y muy desfavorecidas. El relevo generacional está en peligro, como se revela en un reportaje publicado en El Correo Gallego, firmado por Ángel Arnáiz, según el cual la media de fallecimientos es de cuatro por cada nacido.
En la última década, de 1999 a 2009, estas trees comarcas perdieron 6.724 habitantes, algo más de diez por ciento de la población que tenían al inicio de dicho período. La comarca más castigada es la de Quiroga, que inclue la sierra de O Courel, donde por cada niño nacido mueren seis personas. Le sigue Chantada, donde por cada alumbramiento hay seis óbitos. E el caso de Monforte, la proporción es de tres fallecimientos por cada parto.
Monforte de Lemos, dentro de la poblaciones gallegas con más de diez mil habitantes (no llega a los veinte mil), ostenta el récord de envejecimiento, ya que el porcentaje de personas mayores de 65 años ronda el 29 por ciento. Es decir, casi uno de cada tres está jubilado.
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