Con la crisis como pretexto, subir los impuestos y todo lo que huela a recaudación es lo primero que se les ocurre a los políticos, en vez de reducir el gasto público, cuyo desenfreno no se detiene. A los funcionarios les recortaron el salario y se les aumenta la retención, lo mismo que a los pensionistas, con la paga congelada. ¿No quieres caldo?, toma dos tazas. Tráfico ajusta los radares para recaudar más en las autovías en vez de vigilar (y arreglar) las carreteras secundarias, que es donde se produce el mayor número de accidentes. Con más descaro aún se comporta el Ayuntamiento de Lugo (que no sirva de ejempo), doblando las sanciones (noventa euros) de la ORA para los que estacionen sus vehículos sin tique o hyan superado el tiempo de aparcamiento, con la agravante del silencio (no lo anunció), burla de la ordenanza (no recoge el aumento como es preceptivo) y aplicación del máximo que permite la ley vial, como si no hubiese otras prioridades que la de reponer la vajilla a quienes rompen los platos. Son decisiones abusivas que, alejadas de la cordura, rompe todos los esquemas del sentido común y de consideración y respeto hacia el indefenso ciudadano.
Cristóbal Montoro se da de baja del PP tras su imputación por cambiar leyes
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