Es muy cierto que en aficiones, tendencias, devociones, manías hay para todos los gustos y nada a gusto de todos, pero revisando el abanico no consigo que encaje la predisposición de la Xunta de Galicia a que se oficialice la caza a partir de los 14 años, aunque sea (faltaría más) bajo la supervisión de padres o tutores.
El borrador de la nueva ley de caza así lo contempla y lo aplaude el presidente de la federación de caza argumentando que a algunos también les parece violento que un menor de esa edad vaya a un estadio, como si fuese lo mismo el tocino que la velocidad.
Es más, el conselleiro del ramo, que ya dejó de serlo en las últimas horas, lo basó en la conveniencia de rejuvenecer la afición cinegética, como si fuese prioritario matar cuanto más mejor en aras de la criminalidad, aunque las víctimas sean animales indefensos.
Pero si se incita a quienes cabalgan entre la puericia y la pubertad hacia el manejo prematuro de armas de fuego, puede pasar de todo, que ya pasa también con adultos hechos y derechos, a veces por no calibrarse debidamente aptitudes y actitudes. Parece una temeridad.
El borrador de la nueva ley de caza así lo contempla y lo aplaude el presidente de la federación de caza argumentando que a algunos también les parece violento que un menor de esa edad vaya a un estadio, como si fuese lo mismo el tocino que la velocidad.
Es más, el conselleiro del ramo, que ya dejó de serlo en las últimas horas, lo basó en la conveniencia de rejuvenecer la afición cinegética, como si fuese prioritario matar cuanto más mejor en aras de la criminalidad, aunque las víctimas sean animales indefensos.
Pero si se incita a quienes cabalgan entre la puericia y la pubertad hacia el manejo prematuro de armas de fuego, puede pasar de todo, que ya pasa también con adultos hechos y derechos, a veces por no calibrarse debidamente aptitudes y actitudes. Parece una temeridad.
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