lunes, 2 de enero de 2012

Rauda audacia de Mariano Rajoy

Ya se sabe que los políticos dicen una cosa y hacen otra, y que dar trigo no es lo mismo que predicar, pero Mariano Rajoy, que tanto y arremetió contra Zapatero por la subida de impuestos, argumentando que decae el consumo, bien pudo ser más modoso y consecuente con su rauda audacia de aumentarlos como primer remedio para atajar la crisis. Lo decía Winston Churchill: "Una nación que intente prosperar a base de impuestos es como un hombre sentado en un cubo que intente desplazarse tirando del asa”. Eso es lo que defendía el ahora presidente del Gobierno hasta anteayer. 
Fue menos audaz para restar subvenciones a partidos políticos, sindicatos y patronal, cuyo recorte es sólo del veinte por ciento, cuando hay coincidencia generalizada de que deberían desaparecer. ¿Por qué pagarlas los contribuyentes viendo el uso algunos hacen de ese dinero? ¿O por qué, por ejemplo, no se entra a saco en los ofensivos sueldos de ejecutivos de la banca que recibió ayudas públicas? Está claro: es más fácil masacrar a los asalariados con nómina.

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