martes, 22 de mayo de 2012

Mandarinas: un céntimo en origen, sobre dos euros en destino


Productor y consumidor, dos extremos que pagan el pato de la incongruencia, del esfuerzo y del abuso. Todos los beneficios se aúnan y diversifican a la vez entre mediadores, sean productos agrícolas o ganaderos. Por eso que el de intermediario, mayorista, distribuidor… sigue siendo el oficio más rentable y sin el esfuerzo de quienes sudan la gota gorda en la huerta o en la granja, sin arriesgar nada. Por ejemplo, un kilo de mandarinas-clementinas, que en el super puede costar entre uno o dos euros el kilo, se cotiza en origen a un céntimo, o eso denuncia un miembro de una asociación valenciana de agricultores tras percibir 150 euros por trece mil kilos del producto. Otro agricultor, más afortunado, cobró cuatro céntimos, gracias al compromiso contraído por una cooperativa, pero hace diez años percibía treinta céntimos por kilo, siendo los costes de producción infinitamente menores. La solución sería eliminar puentes que se interponen con el consumidor, pero organizarse no está al alcance de la mayoría minorista. Solo falta que nos carguemos el campo, lo poco que queda.

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