sábado, 9 de junio de 2012

Prescindamos de los calienta escaños


Esperanza Aguirre es una política estigmatizada por unos y ensalzada por otros, sin apenas términos medios, pero sí es verdad que avanza en decisiones, acertadas o no, que otros de sus colegas rehúyen. Lo de reducir a la mitad los miembros de la Asamblea de Madrid recibió una aprobación mayoritaria en diferentes sondeos urgencia. Es lo que el ciudadano quiere y espera ver; que se propague la medida, tanto en las cámaras autonómicas como en el Congreso, Senado y otras corporaciones, incluidas las locales. ¿Es realmente necesaria tanta presencia para que la democracia funcione? Si la mayoría de los diputados no hacen otra cosa que calentar el escaño o pulsar el botón cuando toca, cuál es la utilidad. Ninguna, pero cuesta demasiado dinero a la arcas del Estado. Modificando la ley electoral o simplemente respetando la proporcionalidad, qué más da cincuenta que veinticinco para garantizar la voluntad de las urnas. Todo funcionaría exactamente igual. No se hará nada, ya verán, porque la mayoría de los políticos no lo aceptan (en el Congreso ya han dicho que no), pero pocos recortes estarían tan justificados.


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