martes, 17 de julio de 2012

Mariano Rajoy: accidente, barbas y sonrojos que no se ven


No hay mal que por bien no venga. Se dice que Mariano Rajoy luce barba para ocultar las cicatrices que le dejó el accidente de coche sufrido en el municipio lucense de Palas de Rei en 1979, que no pudo borrar del todo el cirujano Luis Zaera al reconstruir su rostro desfigurado, lo que ahora, a largo plazo, le sirve ahora para ocultar sonrojos. ¿O no se le suben los colores cuando rebobina en el tiempo y recuerda lo que reprochó a Zapatero, entre otras cosas, la subida del Iva, medida que entonces calificó de "insolidaria, injusta, contraproducente y además ineficaz"? Fue cuando se preguntaba por qué su antecesor se empeñaba en hacer daño a los españoles "y mantener el error". Verdad es que cambiaron los tiempos y se agravó el problema, pero se supone que lo que era malo entonces lo sigue siendo ahora. Y cierto es que el presidente del Gobierno es un mandado, como lo fue ZP, y quizá por eso su conducta no pueda ser otra que la de contradecirse en todo, pero sí al menos debería, por iniciativa propia, hacer otras podas que no hace para que los mochados no seamos siempre los mismos.¿Por qué no cercena o suprime, por ejemplo, las subvenciones a partidos políticos, sindicatos y patronal?

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