El lobo goza en Galicia de buena salud, para satisfacción de unos y desagrado de otros, según se constató el II Congreso Ibérico del Lobo celebrado este fin de semana en Lugo. El censo reúne entre 400 y 600 ejemplares, distribuuidos en unas sesenta mandadas por la sierra de Os Ancares, del Xistral, Costa da Morte y macizo central de Ourense.
No es lo mismo, claro, verlo con ojos de ecologista que de ganadero. Pero lo cierto es que, con independencia de los daños que causa en la cabaña, nunca fue tan fiero como lo pintan las leyendas urbanas, tendentes siempre a exagerar, respecto al hombre.Es más, no existe constancia documentada de que atacase jamás a una persona, salvo en casos de rabia, que se han dado. No es precisamente cuando se detecta su mayor presencia en núcleos habitados, entre otras razones porque su número fue decayendo de manera ostensible. Por ejemplo, en el siglo XV las manadas de lobos superabundaban en los bosques europeos y se introducían en las ciudades. Entre los años 1420 y 1438 vagaban
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