Parece que fue ayer para quienes lo recordamos, pero se cumplen 55 años desde que la Unión Soviética lanzó por primera vez al espacio un ser vivo, a bordo del Spuntnik II: la perrita Laika. El animal que había sido recogido en la calle se convirtió en el primer ser vivo terrestre en orbitar nuestro planeta. El objetivo era probar los efectos del lanzamiento sobre el organismo y asegurar la supervivencia de una tripulación humana durante el viaje espacial.
Laika murió varias horas después del lanzamiento como resultado del estrés sufrido y como resultado del sobrecalentamiento de la cápsula.
Su sacrificio fue muy útil en el desarrollo de la carrera espacial y probó que era posible enviar a un ser humano al espacio con total garantía.
A pesar de que nunca quiso ser una heroína, Laika colocó su nombre junto a los de Gagarin, John Glenn o Neil Armstrong.
Fuente: Terra.es
Laika murió varias horas después del lanzamiento como resultado del estrés sufrido y como resultado del sobrecalentamiento de la cápsula.
Su sacrificio fue muy útil en el desarrollo de la carrera espacial y probó que era posible enviar a un ser humano al espacio con total garantía.
A pesar de que nunca quiso ser una heroína, Laika colocó su nombre junto a los de Gagarin, John Glenn o Neil Armstrong.
Fuente: Terra.es
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