Se rompe un precepto constitucional: ya no somos iguales ante la ley

La mejor manera (también la peor) de transgredir los principios de la Constitución es hacer infactibles sus preceptos. Por ejemplo el artículo 14 de la Carta Magna, de los derechos y deberes fundamentales, dispone que los españoles somos iguales ante la ley, lo que ya no será posible con el nuevo sistema de tasas judiciales. El disparate es, en efecto, disuasorio, de desánimo si llega el momento de ir a un juzgado, pero solo para quienes no pueden asumir al gasto, nunca para los desahogados, con lo cual únicamente tendrán opción (posible) de requerir a los tribunales los ricos, debiendo los pobres resignarse con ser humillados e ignorados por la norma inaccesible y, para más inri, todavía constitucional. El pudiente siempre podrá blandir su orgullo desembolsando doscientos euros, o lo que haga falta, para recurrir una multa de cien, lance privativo y no al alcance de quienes los necesitan para malvivir. ¿Es así como se pretende desatascar la Justicia? También podrían suprimirla, oiga…