Por no decir casi siempre, con excesiva frecuencia las resoluciones judiciales no se corresponden con la racionalidad, de igual manera que las leyes tampoco suelen coincidir con el sentido común, y más en la forma de ser interpretadas. Lo menos que debería haber y no hay es proporcionalidad, respecto a la gravedad del delito, a la hora de articular castigos. Si por el robo en un taller de costura de cinco euros, algunos céntimos y 61 pesetas (todo recuperado por la Policía casi al momento) condenan a un lucense a cuatro meses de cárcel, y que serían con probabilidad nueve (petición del fiscal) de no haber conformidad, a quienes trincan millones y más millones habría que ponerlos ante el paredón, y se está viendo (casi todos los días) que no es así. Ni mucho menos. Habrá los argumentos y consideraciones jurídicas que se quiera para fundamentarlo, pero a ojos del ciudadano nunca podrá justificarse la desproporción, que, ¡oh casualidad!, siempre golpea en el lado más débil.
martes, 26 de febrero de 2013
Cuatro meses de cárcel por robar cinco euros, igual que por trincar millones
Por no decir casi siempre, con excesiva frecuencia las resoluciones judiciales no se corresponden con la racionalidad, de igual manera que las leyes tampoco suelen coincidir con el sentido común, y más en la forma de ser interpretadas. Lo menos que debería haber y no hay es proporcionalidad, respecto a la gravedad del delito, a la hora de articular castigos. Si por el robo en un taller de costura de cinco euros, algunos céntimos y 61 pesetas (todo recuperado por la Policía casi al momento) condenan a un lucense a cuatro meses de cárcel, y que serían con probabilidad nueve (petición del fiscal) de no haber conformidad, a quienes trincan millones y más millones habría que ponerlos ante el paredón, y se está viendo (casi todos los días) que no es así. Ni mucho menos. Habrá los argumentos y consideraciones jurídicas que se quiera para fundamentarlo, pero a ojos del ciudadano nunca podrá justificarse la desproporción, que, ¡oh casualidad!, siempre golpea en el lado más débil.
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