domingo, 3 de marzo de 2013

Gato por liebre en la carne de caballo


Quienes saben de eso coinciden en que las propiedades nutrientes de la carne de caballo no son inferiores a las que ofrece la de ternera o cerdo, pero en general siempre tuvo mala prensa, desde Moisés, que no la recomendaba, hasta el papa Gregorio III que la prohibió. Así y todo, desde la prehistoria, se consumió, unas veces a escondidas y otras no.
Ahora vuelve a ser actualidad, con tintes dolosos más que de riesgo para la salud, sin que falte quien opine que también puede existir por la falta de controles sanitarios que se le supone a un producto que se cuela en las cadenas de alimentación como componente clandestino.
En cualquier caso se trata de un fraude con fines lucrativos, y aunque se ha descubierto, los controles sanitarios tardaron demasiado en detectarlo, lo cual indica que las inspecciones fueron deficientes; y puede que lo sean también otros registros que simulan hacerse y no se hacen con rigor. Lo que no mata engorda, pero lo menos que se puede exigir es que no se nos engañe.

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