El odio que se profesan los políticos no se teatraliza: es un sentimiento
Xosé Manuel Beiras en su incidente con Feijoo en el Parlamento gallego
El último y desagradable episodio de Beiras en el Parlamento gallego no es
el único ramalazo que entinta de odio la intervención de algunos cargos, en
esta y otras cámaras y en determinadas conductas fuera de las tribunas. Podría
pensarse que en política todo está escenificado, pero el rencor, la ojeriza o
el resentimiento son imposibles de teatralizar; es un sentimiento profundo que
no se oculta. Lamentable es que se llegue a situaciones semejantes, no por
defender intereses ciudadanos, sino por lucros partidistas, como si los
resultados de las urnas no significasen más que un puro trámite para cubrir el
expediente democrático. Hacer oposición con firmeza, necesario por otra parte,
es otra cosa, donde no encajan desbarros como el del dirigente nacionalista,
que no es el único culpable de sus exabruptos. Lo son también quienes le
aplauden y azuzan e incluso quienes descuidan la disciplina parlamentaria, inadmisible
aunque solo sea por respeto al ciudadano, al que con grescas no se le resuelven
los problemas.
Soy de la misma opinión.
ResponderEliminarUn saludo.
elperroverde
Estos pseudopolíticos debieran ser apartados por mala praxis. Un saludo desde mi mejana
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