viernes, 26 de abril de 2013

El odio que se profesan los políticos no se teatraliza: es un sentimiento

Xosé Manuel Beiras en su incidente con Feijoo en el Parlamento gallego
El último y desagradable episodio de Beiras en el Parlamento gallego no es el único ramalazo que entinta de odio la intervención de algunos cargos, en esta y otras cámaras y en determinadas conductas fuera de las tribunas. Podría pensarse que en política todo está escenificado, pero el rencor, la ojeriza o el resentimiento son imposibles de teatralizar; es un sentimiento profundo que no se oculta. Lamentable es que se llegue a situaciones semejantes, no por defender intereses ciudadanos, sino por lucros partidistas, como si los resultados de las urnas no significasen más que un puro trámite para cubrir el expediente democrático. Hacer oposición con firmeza, necesario por otra parte, es otra cosa, donde no encajan desbarros como el del dirigente nacionalista, que no es el único culpable de sus exabruptos. Lo son también quienes le aplauden y azuzan e incluso quienes descuidan la disciplina parlamentaria, inadmisible aunque solo sea por respeto al ciudadano, al que con grescas no se le resuelven los problemas.

2 comentarios: