Veo un reportaje en El confidencial en que se detallan las dificultades. "El presidente de la Federación de Gremios de editores de España, Javier Cortés, aclaró que en esencial que se adopten medidas inmediatas para proteger la creación y se evite que “el flujo de bienes culturales decrezca y merme su calidad”. La situación es crítica, como la del país. Sólo el 27,8% de las editoriales pertenecen a grupos empresariales, lo que hace del sector editorial una esfera de pequeñas y medianas empresas. Precisamente, las editoriales que más sufren la crisis económica. Conscientes de ello, el lobby de los editores reclama medidas legislativas y fiscales efectivas para la salvaguarda de la diversidad de autores que aportan estas empresas".
Y se añade: "La época de los grandes anticipos -el adelanto de lo que le corresponde a un escritor por sus derechos antes de que se vendan- acabó. La industria editorial española ha dejado de ganar en tres años casi 400 millones de euros. Cada temporada se acumula una pérdida del 20% desde hace cinco. Para entendernos: de cada libro vendido a 18 euros, el autor gana poco más de un euro. Para Julián Rodríguez un escritor de clase media es aquel que vende más de 7.000 ejemplares y menos de 30.000. Si añadimos que hoy uno de los libros de los escritores a los que nos referimos vende, en el mejor de los casos, 8.000 ejemplares, la cuenta sale fácil.
Los anticipos han desaparecido y, lo que es peor, los lectores también. “Estamos en manos de una pequeña minoría de lectores”, cuenta Lorenzo Silva (Madrid, 1966), actual Premio Planeta, con la novela La marca del meridiano. “La única esperanza que nos queda es la de tener un colectivo de este tipo que te apoyen”.
Por si fuera poco, los españoles parece que cada vez leemos menos:" Según el último informe de hábitos de lectura y compra de libros, realizado por el Ministerio de Cultura en 2011, el 38,6% de la población española declara no leer libros y sólo el 41,3% de la población lectora de libros lee sólo en su tiempo libre. “El lector español ha perdido el valor por la lectura”, asegura el editor de El Acantilado Jaume Vallcorba (Tarragona, 1949). “Ahora se le ofrecen novelas en una tableta donde lee mensajes, juega a las cartas, mira fotos y escucha música. El entretenimiento ha podido con la lectura y los nuevos dispositivos no han ayudado a frenarlo”, añade.
Y a raíz de todo, otros negocios se hunden: el de los editores y libreros, porque además muchos de los textos pueden descargarse gratis o a precios irrisorios en Internet. Es decir, un futuro muy oscuro espera a los escritores, a los editores y a los libreros.
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