¿Cuándo acaban los bamboleos partidistas del sistema educativo?
Lamentan los socialistas la unilateralidad del Gobierno en su remodelación
del sistema educativo, sin consensuar los cambios, y tienen razón, pero más
tendrían si ellos no hubiesen hecho lo mismo cuando les tocó, siempre que
tuvieron ocasión de reformarlo. Es un lamentable vaivén que se inició con la
democracia, al socaire de la alternancia bipartidista, sin que ninguno de los
dos principales partidos se molestasen por alcanzar acuerdos en el diseño de
las inventivas docentes. Son los políticos quienes, por razones partidistas, se
cruzan los reproches y las broncas más o menos escenificadas, pero quienes lo
sufren y pagan son los ciudadanos y que padecen directamente quienes soportan
en las aulas las consecuencias del bamboleo y la carencia de una continuidad
necesaria para alcanzar el máximo provecho de los saberes; sistema imposible de
estabilizar con las interrupciones que se suceden al ritmo de la alternancia
política. Ya se masca el próximo trueque.
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