sábado, 1 de febrero de 2014

Con su doble vara de medir, Merkel defenestró nuestras conquistas sociales



En general, parece que la regla de los dirigentes políticos que gobiernan el mundo, desde diversas tendencias y colores, es que los demás hagan lo que ellos dicen, no lo que ellos hacen. Que el currante cobre y disfrute cada vez menos y ellos cada día más. Queda el derecho al pataleo, que es como reclamar al maestro armero. Por ejemplo, la señora Merkel, infausta guardiana de nuestros intereses, impuso a nuestros frágiles y dóciles gobernantes aumentar la edad de jubilación hasta los 67 años, presión que también ejerció sobre algunos otros países de la Unión, y resulta que ahora acepta rebajar hasta los 63 los de su país. Bien es verdad que lo hace forzada por los socialdemócratas, pero aun así es una obscenidad, reflejo de su talante y su doble vara de medir, que aplica donde no le duele. Pero no es solo en este episodio de la jubilación, sino que la canciller alemana tuvo y tiene mucho que ver en la pérdida de muchas de las conquistas sociales que en España se diluyen como azucarillos, con la complicidad, claro, de los sumisos ejecutores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario