miércoles, 12 de febrero de 2014

Los automovilistas asumirán daños por arrollar animales en acotados de caza

¿No quieres caldo? Toma dos tazas. La polémica que rodeaba (y aún rodea) las derivaciones de arrollamientos de especies cinegéticas por automovilistas en los acotados de caza adquiere una nueva y abusiva dimensión. Cuesta asumirlo, pero los responsables de los daños son, según la norma todavía vigente, los propietarios de las reservas, lindantes o no a las carreteras, aunque no siempre prosperan las reclamaciones y, si prevalecen, suele resolverse tarde, mal y arrastro. Para evitar peloteras y disputas, la nueva Ley de Seguridad Vial, que se tramite en el Senado, para sacudirse el marrón corta por lo sano y lo resuelve de la forma más fácil: el culpable será siempre el autor del atropello. Eso sí, se le exime de la indemnización por matar al animal. Solo faltaba que tuviese que pagarlo. Pero si un accidentado tiene la desgracia de quedar tetrapléjico por alcanzar a un jabalí que se le cruce, es su problema. Y no lo consideren poco probable: cada año se producen en España entre 15.000 y 20.000 accidentes por irrupciones de animales en las carreteras. ¡Qué país!

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