martes, 25 de marzo de 2014

Okupas: más que la ocupación en sí, el verdadero problema es el desalojo legal



Visto lo visto, el mayor problema planteado por el movimiento okupa, tanto como la ocupación de bienes privados en sí, es su desalojo y recuperación por la vía legal. Todo ello, claro, porque quienes irrumpen en una vivienda sin permiso, con inusual descaro y altanería (exigiendo incluso documentos a los dueños que intentan valer su legitimidad, como ocurrió en Lugo), gozan de todos los derechos que se le niegan a los propietarios. Es muy de lamentar que no todos los ciudadanos tengan vivienda o medios para alcanzarla, propia o alquilada, pero es una situación que no ha de resolver la población civil sino, como bien recoge la Constitución, los poderes y administraciones públicas, que como en otras muchas cosas miran hacia otro lado en vez de intentar, al menos, resolver o mitigar el problema. ¿Habría tantas reticencias y absurdas garantías para los usurpadores si los irrumpidos fuesen edificios públicos, instalaciones judiciales, por ejemplo? ¿Cuánto tardaría un juez en expulsarlos de su despacho? ¿Perdería un minuto en mostrarles el título de propiedad?


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