miércoles, 7 de mayo de 2014

De eufemismos, circunloquios, perífrasis y demás rodeos lingüísticos innecesarios

Con lo fácil que es llamar a las cosas por su nombre, no se entiende que quememos energías en rimbombantes eufemismos, circunloquios, perífrasis o figuras retóricas como no sea para encubrir la esencia de la realidad. ¿Qué necesidad hay, por ejemplo, de adjetivar a los enfermeros como ATS, de desnaturalizar a los maestros como profesores de primaria, de desfigurar a los peritos de ingenieros técnicos, a los vigilantes de coordinadores de movimientos nocturnos, a los porteros de coordinadores adjuntos de admisiones y salidas de personal y a los celadores de coordinadores de movimientos de información interna? Son infinidad los rodeos lingüísticos que merecen, eso sí, estar enmarcados por absurdos. Menos mal que el ministerio del Interior se propone ahora recuperar la denominación de Policía Nacional, que su día sustituyó a la Armada, suprimiendo así la de Cuerpo Nacional de Policía, vigente desde 1986. Lo sorprendente (o no) es que los sindicatos, tan en su papel, se oponen y califican el cambio de retrógrado.  

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