jueves, 15 de mayo de 2014

¿Por qué siguen cobrando su sueldo los diputados que no pisan el parlamento?


El Parlamento gallego acoge una reunión de la Conferencia de Asambleas de la UE

Ni  siquiera cabe la pregunta de cuáles serían las consecuencias para un trabajador del sector privado o público que no compareciese en el tajo argumentando mal rollo en el entorno laboral. Como primera medida no percibiría el salario y su actitud daría paso al desalojo consiguiente. Parece lógico, justo y nadie lo discute. Extrapolemos el símil a cualquier parlamento, al que algunos diputados no acuden arguyendo desacuerdo con lo que marca el reglamente de la cámara. Previstas hay, supongo, sanciones por desasistencia, pero por lo que parece no siempre se aplican, y en cualquier caso los desertores siguen cobrando sus siempre excesivos salarios, si lo comparamos con el mercado laboral, lo mismo que si calentasen puntualmente el escaño. En este caso, primero debería retirárseles de forma automática la asignación, y segundo tendrían que ser ellos quienes por ética y decoro renunciasen a recibirla, dando paso al siguiente de la lista. ¿Asume, por ejemplo, alguno de estos supuestos el señor Beiras en el Parlamento de Galicia? Que lo explique.

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