SUBVENCIÓN, está es la clave, o el clavo ardiendo al que quieren agarrarse todos los náufragos, unos porque se están hundiendo y otros porque lo aparentan. Los promotores de viviendas pretenden que el Estado compre las que no pueden vender; los banqueros, que se les rescate de sus turbulencias con dinero público… Unos más que otros, ya no queda nadie que no lo intente, también el sector ganadero (con más razón que el que más) por la caída del precio de la leche; lo malo es que la caja no puede ahogar todas las penurias. Con todo y eso, los mejor situados para las dádivas son los cineastas, al acaparar representación en el mismísimo Consejo de Ministros, como si no hubiesen sido ya poco favorecidos, los de la ceja y los demás. La propia ministra del ramo recibió, dicen, 800.000 euros para una película suya que sólo recaudó 400.000. ¿Cómo le sentaría la afirmación de Marsé?: más que de dinero, de lo que carece el cine español es de talento. Pues eso.
(El Progreso, 20/4/09)
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