ALGUIEN dijo que no siempre era malo que los concellos se endeudasen, asociando gastos e inversiones, pero todo tiene su medida. Y el límite tolerado estalla ahora con más fuerza que una traca del San Froilán. Habrán leído que los ayuntamientos arrastran un déficit de 40.000 millones de euros, por lo que cada español debe a los bancos, sin saberlo, cerca de 900 euros. Todo tiene su explicación: según Hacienda, entre 2002 y 2007 las corporaciones locales aumentaron sus ingresos un 50%, con lo cual las arcas deberían de estar saneadas. Y no lo están; el aumento se quemó en aumentar personal y en gastos corrientes, pero no en mejorar servicios, hasta elevar en los últimos cuatro años el endeudamiento a cerca de un 28%. Ahora mismo, los gastos de funcionamiento de las corporaciones son más elevados que los ingresos. Otro dato: cada corporación se gasta anualmente 45.000 euros en pagar a alcalde y ediles. Esto tiene muy mala pinta.
(El Progreso, 22/4/09)
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