CON NOMBRE o sin él, lo que más apremia es que el nuevo hospital de Lugo funcione, porque además ya va siendo hora tras el rosario de aplazamientos que se arrastra por fallos de gestión y, supongo, que de presupuesto. Pero intuyo que vamos a enzarzarnos en una interesada y absurda confrontación dialéctica a la hora de bautizarlo, lo que algunos aprovecharán para desviar la atención del retraso y demorar aún más su arranque. Como suele pasar en situaciones parecidas, nunca nos pondremos de acuerdo si no rehuimos personalismos; lo que gusta a unos (nos conocemos) disgusta a otros, y existirá siempre un obstáculo insalvable. Convendría, pues, no mentar nombres de personas para no alimentar confrontaciones. Por eso no parece desacertada la propuesta del Colegio Oficial de Médicos para que se le denomine ‘Lucus Augusti’. Nada más representativo para la ciudad y, además, carente de contenido tendencioso. Debería satisfacer a unos y a otros.
(El Progreso, 17/7/09)
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