miércoles, 15 de julio de 2009

Más luto que fiesta

CLARO que cada cual es muy libre de divertirse como le plazca, e incluso de morir en el intento, siempre que no salpique a terceros, pero alguien debe controlar ciertos divertimentos. Ahora, no le hable usted a un pamplonica de cargarse los sanfermines, cuando a otros no nos parecería desacertado que se recondujese un espectáculo que dejó este año con 446 heridos y, lo peor, un muerto. Tampoco lo detestan quienes lo observan como episodio cultural y no como una aventura imprudente. Ni la intelectualidad que aplaude la fiesta con más pasión que Hemingway, pero la cruda realidad no puede aliarse con expresiones bullangueras, porque nada debe importar más que las vidas humanas. Es muy fácil para el Ayuntamiento de Pamplona proclamar su continuidad y escudarse en el infortunio, pero es una irresponsabilidad, eso sí, ensombrecida por el morbo: casi dos millones de incondicionales saborearon (eso parece) cada encierro por televisión.

(El Progreso, 15/7/09)

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