CUANDO un experto dice que la gripe que viene “es la de siempre”, en cuanto a gravedad, “o incluso más leve” (doctor Gestal Otero), la afirmación cuadra mal con tanto ruido sobre la pandemia, que está matando gente (como todas las gripes, claro) y sembrando el terror, además de relanzar algunos negocios en situación de precariedad. Leo en un diario económico que las farmacéuticas se repartirán más de cuatro mil millones de pesetas con los pedidos de vacunas para este año, y que los grandes laboratorios subieron, en sólo dos meses, un veinte por ciento en bolsa. Hay más: también se frotan las manos los fabricantes de mascarillas o los que, aprovechando el tirón, se dedican a la venta de camisetas con llamativos rótulos alusivos a la peste. O también: veo en un centro comercial que entre los libros más vendidos está el que se titula ‘Gripe mortal’, donde por cierto se revelan claves del gran negocio. Es decir, que quien no corre vuela, más veloz que el propio virus.
(El Progreso, 29/7/09)
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