SOSPECHO que somos poco conscientes de lo que comporta hacia el incierto futuro inmediato. Siendo Lugo provincia que basó siempre su economía y su subsistencia en el campo, agricultura, ganadería y recursos forestales, además de la pesca, la continua regresión que se aprecia en el hábitat rural es más que determinante. Lo que se percibe no es más que deterioro rápido, un declive a punto de desbordarse. Además del desplome de las explotaciones lácteas, tremendo, hay otros muchos síntomas (aldeas sin vida, tierras abandonadas…) que avalan la desolación, como lo es también el dato que reseñó Chao de Zarrido: cinco euros por una tonelada de pinos. No parece creíble y lo es. O que las fincas, en el caso (remoto) de alguien compre, se coticen, en muchas zonas, a menos (su equivalente) de doce mil pesetas el área. Todo está tan alicaído e infravalorado, que más que estímulos para iniciativas abundan incitaciones al abandono y al éxodo definitivo del campo.
(El Progreso, 27/7/09)
No hay comentarios:
Publicar un comentario