martes, 5 de enero de 2010
Provocación
EN EL mejor de los casos parece inoportuno, pero también puede considerarse como abuso, insulto, falta de sensibilidad y también una provocación en toda regla. El alza de impuestos y servicios públicos se aplica precisamente cuando el Gobierno, que tanto alardea de justicia social y de ayudar a los más necesitados, pide austeridad a los ciudadanos. Pero si los impuestos sobre el IVA y el ahorro, y las tarifas de transporte y eléctricas se incrementan por encima de la subida de salarios y pensiones, la conclusión es clara: se pierde poder adquisitivo. Claro que lo que aún es peor es que se apliquen estas medidas, por parte de ayuntamientos, autonomías y el propio Ejecutivo, en un país con cuatro millones de parados, con otros muchos trabajadores con empleo en precario o a punto de perderlo, con cientos de empresas cerrando… ¿Por qué no se amoldan estos aumentos al IPC para evitar desajustes? Se trata, en mayor medida, de impuestos indirectos, que afectan poco a los ricos y mucho, sobre todo, a las clases medias.
(El Progreso, 5/1/10)
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