domingo, 21 de marzo de 2010

Errores procesales



ES MUY GRAVE que la Policía francesa confundiese a unos pacíficos y distendidos bomberos catalanes de vacaciones en París con un comando etarra, y más darle la publicidad que se le dio sin una comprobación seria, pero al menos, aunque no sea suficiente, se rectificó pronto. ¿Habría ocurrido lo mismo en España en una situación similar? Los errores judiciales, y por ende los policiales, son aquí de nota; lo peor es lo que se tarda en corregirlos, sin explicaciones, sin disculpas, sin satisfacer daños y perjuicios. Un taxista madrileño permaneció tres meses en la cárcel sólo porque una cliente, para justificar una infidelidad ante su novio, le acusó de violación. Y una jueza suplente, sin más pruebas, lo mandó a Soto del Real, donde por cierto, al salir, no pudo recuperar su rolex ni una cadena de oro que depositó al entrar. La titular del juzgado se disculpó al reincorporarse, pero no se sancionó a la aprendiza, y se le juzgó a él y no a la mentirosa. ¿Dónde están las garantías procesales? 

(El Progreso, 22/3/10)