COMO no podía ser de otra manera, la muerte de Miguel Delibes sirve para recordarnos, sin que hiciese falta, su gran talla intelectual y creativa, pero su figura como escritor ensombrece quizá un poco la dimensión humana, tan alargada como la sombra de su ciprés. Le entrevisté en los años setenta, cuando visitó Lugo para dar una conferencia, y me llamó la atención su cordialidad, su sencillez, su cercanía… Muy provinciano y nada presuntuoso. Recuerdo que llegó a la cita con ligero retraso y atuendo de pescador, pues había ido con uno de sus hijos a tirar unos lances a Ombreiro. Tras disculparse, lo primero que me preguntó fue por don José Trapero, al que tenía gran aprecio desde que él dirigiera ‘El Norte de Castilla’. Hablamos de su obra y estaba muy identificado con ‘Las ratas’, una de sus mejores novelas, quizá por estar ambientada en el rural castellano, que tanto amaba. Se le notaba feliz refiriéndose a su refugio de Sedano y a sus pasiones por la caza y la pesca. Un gran hombre.
(El Progreso, 14/3/10)
Bello homenaje a este gran escritor, Lo que perdura es su obra para todos, pero su talla humana solo pueden recordarlo quienes le conocieron de cerca.
ResponderEliminarUn saludo