jueves, 5 de agosto de 2010

Papanatismo



NADA se opone a que la señora Obama y su hija reciban en España un trato correcto y cariñoso, porque la buena educación debe privar siempre, pero de eso a que se le adule con tan exacerbado exceso tiene difícil explicación. Marbella podrá tener motivos para festejarlo por razones turísticas y sin embargo no hubiese sido necesario caer en hipérboles tan empalagosas como horteras, propias de un papanatismo mediático y provinciano que ya no se lleva. Además, aun siendo un asunto que no atañe directamente a nuestra economía, molesta que se derroche el dinero en fastos tan innecesarios como desproporcionados. ¿Era preciso haber reservado sesenta habitaciones de un hotel, por muy numeroso que sea su aparato de seguridad y su séquito de lisonjeo o por renombrados que sean los huéspedes, sólo en viaje de placer? ¿No debiera significar una lección de austeridad con lo que está cayendo? Y si el tirón que necesita el turismo español es el de esta mujer, mal está nuestro turismo.

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