La crisis destila un poso preocupante: más ricos cada vez más ricos y más pobres cada día más pobres. No es ninguna novedad: desde el comienzo de los tiempos hubo siempre quienes medraron al socaire de las calamidades, pero por lo que se ve hay excepciones y también disciplinas para amasar fortunas.
Dos profesores norteamericanos acaban de publicar un libro con cientos de entrevistas a multimillonarios, concluyendo que son disciplinados, trabajadores, obsesivos, perseverantes, discretos y sin miedo al riesgo. Un cóctel de cualidades que se complementa con una actividad en torno a las cincuenta y cinco horas semanales.
Al trabajar por cuenta propia no dependen de un jefe y son propietarios del hogar en el que viven desde hace más de veinte años. Otra característica es que el noventa y cinco por ciento se casó una sola vez, sigue con la misma pareja y la mitad de las esposas son amas de casa ahorradoras. ¿Pelotazos? Nada se dice, como si no exisitiesen.
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