El abandono de conservación en la red viaria puede dejarnos sin carreteras

Se supone que la Asociación Española de la Carretera ofrece datos fiables cuando, en un estudio elaborado el pasado año, afirma que el estado de deterioro de la red viaria es el peor desde hace treinta años, que se dice pronto. En cualquier caso, y sobre todo en las vías secundarias, se aprecia muy bien a ojo, sin necesidad de ningún informe técnico. Se calcula que el déficit de inversión en conservación es superior a los seis mil millones de euros, una cifra que aumenta parejo a la decadencia. Y tiene difícil explicación y ninguna justificación por apretado que sea el presupuesto de Fomento, lo mismo que de los otros departamentos afines, sean autonómicos o provinciales. Al fin y al cabo más que ahorro es un derroche más de los muchos incontrolados que pagamos muy caro, porque cada vez nos costará más, a la vez que los baches suponen un peligro constante para las personas y un gasto añadido por el deterioro de vehículos. Sin embargo sí hubo dinero para obras faraónicas inacabadas, que jamás serán de provecho, y otras también sin futuro, todavía en marcha.