jueves, 12 de marzo de 2009

Conflicto ético

ARROJE la primera piedra el que esté libre de culpa, dice más o menos el viejo refrán, pero eso no debe alentar ningún desvarío, y menos por parte de quienes están obligados a dar ejemplo, a no ser que asuman otro conocido adagio: haz lo que yo digo y no lo que yo hago. Si es verdad que Garzón ocultó 230.000 dólares percibidos en EE.UU., sin dejar de cobrar su salario; o si es cierto que embolsó dinero negro por una conferencia sobre ETA, el juez debiera estar, al menos moralmente, inhabilitado para ejercer su oficio, por mucho que sus partidarios procuren separar una cosa de la otra. El magistrado jamás podrá argumentar desconocimiento de la ley para exculparse o justificarse, como pudieran hacerlo otros, porque es obvio que lo sabe, y por lo tanto, de ser ciertas las imputaciones, se enfrenta a un conflicto ético que pone en entredicho su integridad, con independencia de que lo que resuelva el CGPJ. No se oculta que su creciente desprestigio desacredita aún más a la maltrecha Justicia.

(El Progreso, 12/3/09)

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