DUDO que los 200.000 euros que Cultura dice estar invirtiendo en sanear la muralla se rentabilicen en consonancia con tal cuantía para mejorar la imagen de monumento, porque hasta ahora, todo el dinero gastado en conservarlo y lavarle la cara se notó más bien poco. Está muy bien que parte sea para eliminar adefesios del entorno, como el machón o protuberancia que sostiene el marco de la puerta de los jardines de la Diputación, pero hay otras muchas extravagancias y no siempre es cuestión de tirar de dinero público sino de exigir a los dueños de los solares y edificios ruinosos que ‘entierren’ las vergüenzas, y si no se avienen, supongo que el Concello tendrá algún resorte para forzarlos a que colaboren. De ser posible, hágaseles el trabajo para pasarles luego las correspondientes facturas, porque no creo que sea tan complicado que los Franciscanos, por ejemplo, retiren las uralititas que recubren el exterior de su capilla, y que tanto afean el convento y la muralla.
(El Progreso, 10/2/09)
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