QUE EUROPA, como realidad política y económica, está lejos e interesa casi nada al ciudadano lo certificará la alta abstención que se prevé para la jornada electoral de hoy, entre otras razones porque la información que recibe es nula y distorsionada, y la única que trasciende, negativa. La culpa es, naturalmente, de los políticos que utilizan las campañas para dirimir batallitas internas (España, Reino Unido, Italia…), tratando sólo de afianzar poltronas y enfangar el camino que conduce a las próximas generales, en el caso nuestro, pero nunca para referirse en serio al proyecto comunitario, y la gente acaba hasta el moño de tanta bazofia. Por eso opta por desentenderse y es lo normal. Los pocos interesados son, como es natural, quienes porfían por un escaño europarlamentario; cobrar más de ocho mil euros al mes es una bicoca gansa, nada despreciable y más para los que son ‘deportados’ a Bruselas por sus propios partidos para alejarlos. Un ‘castigo’ que todos quisiéramos.
(El Progreso, 7/6/09)
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